Presentación del número 11 de Her&Mus
Por Victoria López Benito
Nunca antes la temática de un monográfico de la revista Her&Mus había estado más en consonancia con el contexto actual. Esto no es algo de lo que vanagloriarse, ya que hoy en día la situación de la cultura, y en concreto la de los museos en el panorama español, no es nada halagüeña. Hoy, cuando el IVA cultural ha alcanzado uno de los niveles más altos del mundo, cuyas consecuencias están viviendo no solo los consumidores de cultura sino también gestores y programadores culturales; hoy, cuando el personal de muchos museos, sobre todo los encargados de la función educativa, ven peligrar sus puestos de trabajo; hoy, cuando se constata el fracaso de la política cultural llevada a cabo en España desde comienzos del siglo XXI, caracterizada por el despilfarro y las inversiones injustificadas sin objetivos y propósitos claros; nos parecía muy adecuado concretar a modo de monográfico diversas visiones que nos pueden dar un panorama claro de la situación actual de la cultura y de los museos en un escenario de aguas, como mínimo, turbulentas.
Estas distintas visiones se concretan en siete artículos que nutren la sección «Monografías». En ella encontramos un contundente ensayo de Joan Manuel del Pozo, de la Universitat de Girona, en el que ahonda en la raíz de conceptos básicos para este monográfico como son los de cultura, sociedad, humanismo y conocimiento, para acabar que realmente lo que estamos viviendo, más allá de una crisis de la cultura, es «una crisis del sujeto individual humano y colectivo». Otro artículo que aborda la influencia de la crisis en la cultura es el de Joan Santacana, de la Universidad de Barcelona, que trata más específicamente el caso de los museos y cómo la combinación con el factor «dinero» ha llevado a la situación actual de muchos de ellos. Propone también las vías por las que debería discurrir una política museística sostenible y de vanguardia. En el monográfico también encontramos otros dos artículos de denuncia, como el artículo de Sussanna Riva, que nos ofrece la perspectiva —desde los ojos de la investigación arqueológica— de la política italiana en cultura, en la que en tiempos de crisis esta se ve como un lujo que no se puede permitir. En el caso del artículo de Eneritz López, la denuncia viene desde el ámbito de los profesionales dedicados a la educación en museos, colectivo fuertemente castigado por la situación de crisis por su ya constante precariedad laboral y menosprecio en los círculos de los profesionales de los museos. Eneritz reivindica la consideración del educador de museo, no solo como un profesional, sino como un intelectual que construye conocimiento, que investiga,transforma e innova continuamente.
Sin embargo, el monográfico también reúne otros artículos que, conscientes de la realidad actual, aportan un halo de positividad. Como, por ejemplo, el de Roser Juanola, de la Universitat de Girona, en el que analiza diversos proyectos de cooperación cultural sobre educación patrimonial realizados en colaboración con el municipio de Roses, en Girona, y la universidad, en los que se involucra a institutos, instituciones culturales
e investigadores, favoreciendo la participación y el trabajo colaborativo en pos de la educación. Siguiendo con las aportaciones de carácter más positivo, el artículo de Alicia Serrano, de la Universidad Autónoma de Madrid, realiza un interesante análisis de cómo ante el fin de la «cultura de la subvención» se están configurando en los últimos cinco años en el entorno madrileño nuevos espacios y modelos de creación y exposición de arte caracterizados por la «creatividad, autonomía, autogestión o interdisciplinariedad». Por último, el artículo de Victoria López, de la Universidad Barcelona, ofrece una mirada desde propuestas museográficas en las que, por encima del presupuesto, deberían primar las ideas, y estas pueden tener soporte en medios que no requieren grandes inversiones, pero no por ello pierden en creatividad y efectividad: como ejemplo concreto, encontramos el último montaje de museografía al aire libre de Berlín sobre el pasado medieval de la ciudad, La ciudad medieval está debajo de nosotros. Estos artículos quieren dejar patente que, a pesar de la crisis de recursos o de medios, son las ideas, las buenas ideas, las propuestas alternativas y sostenibles en las que debe fundamentarse un nuevo y necesario modelo de políticas culturales, ya sean aplicables a museos, espacios de creación o educación del patrimonio.
En el caso de la sección «Experiencias y opinión», su contenido, en este caso, es diferente al del monográfico. En ella encontramos dos artículos, uno de Patricia Ledesma Bouchan y otro de Irina Grevtsova, dedicados a distintas experiencias relacionadas con la didáctica del patrimonio. El artículo de Patricia Ledesma Bouchan, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, de México, constituye una reflexión sobre la posibilidad de combinar en espacios patrimoniales el disfrute, a través del juego, con el aprendizaje sobre los restos patrimoniales. En cambio, el artículo de Irina Grevtsova, de la Universidad de Barcelona, nos ofrece una visión sobre cómo los principios de la planificación urbanística pueden influir, por una parte, en la conservación y protección de los conjuntos histórico-patrimoniales de las ciudades del occidente europeo y, por otra, en los procesos de musealización de estos restos.
El asunto de los efectos de la crisis en los museos vuelve a retomarse en la sección «Desde y para el museo», en la que se analizan los casos de dos museos concretos, el de Lleida y el de Historia de Valencia, en los que se han planteado soluciones sostenibles para sobrellevar la situación de crisis. En el caso del museo de Lleida se analizan dos experiencias, "Noches gastronómicas del Museo de Lleida" y "Animalia, descubre los animales que esconde el museo", cuya filosofía es la incluir las voces de diversos agentes de la sociedad leridana desde una perspectiva participativa con el fin de la puesta en valor del patrimonio del museo y de la ciudad. La visión del Museo de Historia de Valencia es precisamente la de un museo creado en tiempos que bonanza económica que con una gestión austera pero eficaz ha sabido adaptarse a una nueva situación.
El asunto de los efectos de la crisis en los museos vuelve a retomarse en la sección «Desde y para el museo», en la que se analizan los casos de dos museos concretos, el de Lleida y el de Historia de Valencia, en los que se han planteado soluciones sostenibles para sobrellevar la situación de crisis. En el caso del museo de Lleida se analizan dos experiencias, "Noches gastronómicas del Museo de Lleida" y "Animalia, descubre los animales que esconde el museo", cuya filosofía es la incluir las voces de diversos agentes de la sociedad leridana desde una perspectiva participativa con el fin de la puesta en valor del patrimonio del museo y de la ciudad. La visión del Museo de Historia de Valencia es precisamente la de un museo creado en tiempos que bonanza económica que con una gestión austera pero eficaz ha sabido adaptarse a una nueva situación.
En definitiva, este monográfico si bien quiere dejar patente la tremenda y profunda huella que la crisis económica está dejando en el mundo de la cultura y en especial en el de los museos, también quiere evidenciar cómo la crisis puede ser un tiempo para un cambio. Y es precisamente a través de la capacidad de saber adaptarse al cambio, cambio en el modelo de gestión, cambio de políticas culturales, cambio en los medios para comunicarse con el público, como la cultura encontrará un nuevo espacio, no para sobrevivir, sino para seguir viviendo, como siempre ha hecho a lo largo de la historia de la humanidad.